Vamos a hablar claro: hay una gran diferencia entre entrenar un equipo y simplemente llevar un equipo. No sé si esta diferencia tiene el mismo componente lingüístico en Latinoamérica que puede tener en España pero seguro que si sigues leyendo sabes de lo que te hablo.
La verdad, puede que haya demasiados entrenadores que solo llevan equipos y muy pocos que realmente entrenan. Esta diferencia no solo afecta a los jugadores, sino al baloncesto en general. Así que, si te sientes un poco incómodo con lo que voy a decir, quizá sea el momento de replantearte algunas cosas.
Llevar un equipo
Hace poco, en una conversación informal con varios entrenadores, hablamos sobre esta diferencia entre llevar y entrenar. Entre los presentes estaban Javi Vilaplana, de Valencia, y Rafa González, de León, quienes aportaron ideas muy interesantes.
¿Pero cuál es la diferencia?
Llevar un equipo es lo básico, lo mínimo que se espera de alguien en tu posición. Llegas a la hora del entrenamiento, te encargas de la sesión, te aseguras de que nadie se enfade demasiado, te encargas de la logística, preparas mínimamente el partido, y sigues avanzando temporada tras temporada. Es lo que muchos entrenadores hacen y, en teoría, puede parecer suficiente. Pero, seamos realistas: esto es como cumplir con el expediente, ni más ni menos.
Y es que, como decía Javi Vilaplana, llevar un equipo es lo fácil. No implica mayor esfuerzo que el de estar presente y seguir una rutina preestablecida. No hay frustración, no hay mucha reflexión. Avanzas porque tienes que avanzar, pero sin un plan real, sin una visión a largo plazo. Es hacer lo justo para que el barco no se hunda, pero sin preocuparte realmente de adónde va. Cuidado, hay algunos entrenadores que son excelentes llevando equipos, las sesiones funcionan, los equipos no tienen quejas, las familias tampoco, una auténtica balsa de aceite, y a veces, según la pericia o experiencia del entrenador, se ganan partidos e incluso ligas.
Según Rafa, "los nuevos entrenadores no quieren, en general, dedicar tiempo fuera de los entrenos a su formación y conocimiento del juego, desconectan en cuanto se acaba la hora de pista y no quieren aprender ni preguntan nada a los entrenadores veteranos que tienen la experiencia y el conocimiento del juego, no se hacen preguntas porque tienen siempre verdades absolutas que no modifican ni se replantean"
Entrenar un equipo
Entrenar, en cambio, es otra historia. Como bien dice Javi Vilaplana, “entrenar es full time, full mind”. No es solo seguir una rutina; es tener un plan, uno que, como bien señala Rafa González, puede y debe ser modificable. Entrenar implica estar dispuesto a enfrentarte a la frustración, a la crítica, y a las horas incontables de reflexión fuera del pabellón, pensando en cómo hacer que tus jugadores no solo sean mejores, sino que alcancen su máximo potencial.
La diferencia entre llevar y entrenar se ve, y se siente, en esas cientos de horas que pasas pensando en lo que sucede fuera del espacio y tiempo del entrenamiento. Esas horas son las que marcan la diferencia entre un equipo o un deportista que simplemente cumple y uno que supera las expectativas. Esas horas fuera del pabellón, en las que piensas en cada jugador, en cómo mejorar su técnica, en cómo motivarlo, en cómo encajarlo mejor en el sistema, esas sesiones extra... esas son las que realmente definen a un entrenador. Y sí, pueden ser horas de frustración, de prueba y error, de repensar estrategias, pero son también las que te hacen crecer y las que realmente transforman a tus jugadores. Y sí, no están pagadas con dinero, sino con otro tipo de recompensa...
¿Dónde estamos fallando?
El baloncesto de hoy se resiente, y no es solo culpa de los jugadores o de los clubes. Muchos entrenadores son excelentes llevando equipos, pero cuando no haces ese trabajo adicional fuera de la cancha, el baloncesto (y los deportistas) sufren. Esto, amigos, es quizás una de las grandes diferencias entre los entrenadores del pasado y los actuales.
Antes, ser entrenador significaba ser un obsesionado del juego, alguien que vivía y respiraba baloncesto las 24 horas del día sin esperar cobrar por cada cosa extra que hacía. ¿Con esto defiendo un mercado salarial empobrecido como el de los entrenadores de formación? Para nada, pero eso tocará afrontarlo en otro espacio y momento.
Hoy, en cambio, hay una tendencia peligrosa hacia la comodidad, hacia el “cumplo y me voy”. Pero ojo, no todo está perdido. Todavía hay entrenadores que están dispuestos a hacer el trabajo duro, a pasar esas horas extras planificando, reflexionando, y mejorando. Y son esos entrenadores los que realmente están llevando el baloncesto adelante.
¿Y tú, eres de los que 'llevan' o de los que 'entrenan'?
Este es un llamado a la reflexión. Si solo estás llevando a tu equipo, te invito a que des un paso más allá. No te conformes con lo mínimo. Recuerda: entrenar es “full time, full mind”. ¡Vamos a hacer que este deporte vibre como se merece!
Si te interesa que toquemos algún tema que pueda ser de tu interés relacionado con el entrenamiento o la figura del entrenador envíanos tu idea o sugerencia al correo elalmadeljuego@gmail.com o escribe en nuestra Comunidad de Entrenadores de Telegram.
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