Lo de 'tecnificar'. Matizando
- Quim Gómez
- hace 6 días
- 3 Min. de lectura
Hace unos días publiqué un artículo titulado "Tecnificar no es desarrollar". Lo que en principio era una reflexión lanzada al aire, ha acabado generando una respuesta que sinceramente no esperaba. Viralidad en redes, muchos comentarios, compartidos, reacciones, algunos mensajes por canales privados… y como suele pasar en estos casos, cada lector lo interpretó desde su propia óptica, filosofía o metodología de entrenamiento.
Y eso está bien. O casi.
Lo digo porque cuando cada uno lee algo buscando confirmar su propio enfoque, a veces se pierde el verdadero sentido del mensaje. Lo que en origen era una invitación a reflexionar, puede acabar convertido en una reafirmación de una "ideología". Y si hay una palabra que me da cierto respeto —por no decir pavor— cuando hablamos de baloncesto, es esa: ideología (sistema de ideas, valores y creencias que pretende explicar cómo debería funcionar algo pero no necesariamente se basa en datos objetivos, evidencias empíricas o resultados prácticos).

El gráfico que lo resume todo
A raíz de algunas conversaciones que surgieron tras el artículo, preparé un gráfico para intentar matizar lo que quería expresar de manera más clara. En él planteo una idea que, para mí, es el punto de partida:el objetivo último del entrenamiento deportivo es el desempeño del deportista en competición.
Y para llegar a ese desempeño, necesitamos trabajar desde tres grandes bloques:
La técnica: es decir, la tecnificación específica, lo coordinativo, lo que se entrena desde la repetición consciente y ajustada al reglamento y lógica del juego.
La parte física: las habilidades motrices generales, esas que están muchas veces descuidadas, especialmente en nuestros deportistas de formación. De hecho, fue una de las críticas que deslicé en el artículo original: jugadores que no saben correr, no saben saltar, no saben frenar… pero botan muy bien con dos conos al lado.
La comprensión del juego: el entender desde la vivencia. Esto abarca todo lo que tiene que ver con la oposición, los juegos reducidos, la adaptación táctica, la emoción y la toma de decisiones en contexto.
¿Contra la tecnificación? Para nada
El artículo no era un ataque a la tecnificación. En absoluto. Lo que quise denunciar es el intento de mejorar el rendimiento atacando sólo una de las patas del banco, y olvidando las -como mínimo- otras dos. Eso, para mí, sí que es un error.
Y quienes me conocen o han visto trabajar, saben que la tecnificación forma una parte clave de mi manera de entrenar. Me gusta. Me parece fundamental. Pero no me parece suficiente.
Algunos entrenadores más "cognitivos" (permitidme la etiqueta rápida) asintieron mientras leñuab el artículo el artículo como si fuera un respaldo a un enfoque exclusivo basado en contextos vivenciales de resolución de problemas. Pero igual que no creo en una tecnificación aislada como camino único hacia el rendimiento, tampoco creo que se pueda alcanzar un gran desempeño solo desde la experimentación sin dominar la técnica, el juego libre, o el simple hecho de ser un buen atleta.
El objetivo sí se ha cumplido
Y aun así, estoy contento. Porque el objetivo del artículo se ha cumplido con creces: provocar un poquito, agitar la reflexión, abrir conversaciones.
No hay una receta mágica, pero sí hay una responsabilidad: la de seguir formándonos, cuestionándonos y mejorando como entrenadores, para poder ayudar a nuestros jugadores a disfrutar, crecer y rendir en este deporte tan impresionante y rico como es el baloncesto.
¿Y tú, desde qué pata estás entrenando más últimamente?¿Te has parado a pensar si tu enfoque está dejando algo fuera del tablero?
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